Tocadores vintage: elegancia y glamour en tu dormitorio

Convierte tu dormitorio en un espacio mágico con un tocador de estilo vintage. Te sentirás como una princesa

30/11/2017 01:46

Maquillaje, cremas limpiadoras, perfumes, polvos, máscara de ojos, cremas de mil tipos… Muchas mujeres utilizamos a diario varios productos para arreglarnos cada día y el mejor espacio para tener todos nuestros cosméticos en orden es, sin ningún tipo de duda, un tocador. Puede que muchas penséis que se trata de una pieza totalmente pasada de moda. Y lo cierto es que, aunque durante muchos años dejaron de utilizarse, los tocadores, y en especial los de estilo vintage, vuelven a estar en boga.

 

Los tocadores vintage vuelven a estar de moda. Un lujo para el ritual de arreglarnos todos los días.

En la imagen: Dormitorio vintage Avignon II.

 

¿Quién no quiere sentirse como una estrella de Hollywood mientras se maquilla sentada frente a un tocador? Además de ser un mueble muy elegante, te ayudará a tener en orden todas tus cremas y poco a poco comprobarás la comodidad de maquillarte frente a una de estas clásicas piezas.

 

Los tocadores le conferirán elegancia, calse y sofisticación a tu dormitorio.

En la imagen: Dormitorio vintage Lafayette.

 

La historia del tocador se remonta al Antiguo Egipto. Los orígenes de este mueble, dedicado en exclusiva a nuestro cuidado y belleza, lo encontramos en una sencillas cajas adornadas en las que se guardaban todos los productos para el ritual de belleza. Desde pequeños frascos con cosméticos o perfumes hasta aceites exóticos o espejos. Esta caja de tesoros fue la semilla para lo que hoy conocemos como tocador.

 

La primera referencia a algo parecido a los tocadores la encontramos en el Antiguo Egipto y sus cajas de belleza. 

 

Lo que conocemos como tocador como tal aparece por primera vez en la Europa del siglo XVII, sobre todo en Francia e Inglaterra. Era un mueble de la alta sociedad, que instalándose en todas las habitaciones de las mujeres de la nobleza, quienes encargaban su fabricación a renombrados artesanos y fabricantes de muebles. En esta época surgen todo tipo de tocadores con los más curiosos mecanismos.

 

Los tocadores empezaron a popularizarse entre las clases altas, que encargaban su fabricación a exquisitos artesanos. 

 

Por ejemplo, la mesa mecánica de Jean-François Oeben y Roger Vandercruse (1761-1763), diseñada para Jeanne Antoinette Poisson, más conocida como Madame Pompadour, la amante más célebre del rey Luis XV. Este bello tocador fue diseñado de manera que la parte superior, al deslizarse para atrás, dejaba salir un espejo. El soporte de las patas, de bronce dorado, lucen, en su parte superior, una torre, principal emblema del escudo de armas de la cortesana. De hecho, debemos a la corte de Luis XV y, más en concreto, a Madame Pompadour que estas piezas de mobiliario se convirtieran en auténticas obras de arte.

 

La mesa mecánica diseñada para Madame Pompadour fue uno de los tocadores más emblemáticos. 

 

En Estados Unidos, se popularizó el tocador Chippendale, más sencillos que los de origen europeo. Estas piezas se utilizan actualmente para recrear ambientes románticos y femeninos gracias a sus patas contorneadas con forma de garra de león, maderas lavadas y delicados tiradores. Este tocador es uno de los preferidos en decoración y sigue robando el corazón de quienes lo tienen en su dormitorio, aseo o vestidor.

 

Los tocadores Chippendale se popularizaron en Estados Unidos gracias a su ligero diseño.

En la imagen: Dormitorio La Rochelle Piau.

 

Con la industrialización, los tocadores comenzaron a hacerse un hueco en los hogares de las clases medias. Se abarataron los costes de producción y comenzaron a utilizarse maderas locales para sustituir las piezas que llegaban de importación. El siglo XIX fue el de la popularización de este mueble tan especial y se crearon sofisticadas mesas de belleza en diversos y variados estilos: gótico, isabelino, rococó, renacentista y hasta con reminiscencias coloniales.

 

Con su popularización comenzaron a fabricarse en todos los estilos.

En la imagen: Dormitorio clásico de caoba. 

 

Ya en el siglo XX, con la llegada del Art Decó, los tocadores se convirtieron de nuevo en símbolo de modernidad y lujo. De hecho, no son pocas las películas hollywoodienses de la época en las que podemos ver a una femme fatale arreglándose al amparo de un tocador. Una de las creaciones más emblemáticas de la época es el tocador de Norman Bel Geddes. Diseñada en 1932, esta pieza luce un esmaltado en acero cromado que representa claramente el estilo de la época.

 

Normal Bel Geddes diseñó, en 1932, diseñó este tocador, que se encuentra en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. 

 

Entre los modelos más actuales destaca el tocador de plástico de Raymond Loewy (1969), inspirado en la Era Espacial, tiempo que abarca la exploración espacial que comenzó con el Sputnik en 1957. Y para su fabricación la técnica que utilizó fue la del moldeado por inyección, procedimiento muy novedoso en la época.  

 

Raymond Loewy diseñó esta original pieza en 1969. 

 

 

Entre los tocadores de renombre encontramos también el diseño postmodernista de Michael Graves. Creado en 1981, lo bautizó com “Plaza” y del que se pueden apreciar claras influencias del estilo Memphis, en auge en la época. Ya de carácter más actual, en 2013, el diseñador koreano Choi Byung Hoone creó una pieza muy controvertida de piedra y acero, materiales que recuerdan las primeras cajas de belleza. Una vuelta al origen.

 

Diseños más actuales. De Michael Graves (1981) y Choi Byung Hoone (2013), respectivamente. 

 

Decora tu dormitorio con un tocador vintage

A la hora de amueblar nuestro dormitorio, es fundamental reservar un espacio para arreglarnos a diario. Las posibilidades estéticas de un tocador son infinitas. Mucha gente suele arreglarse en el baño, pero este no es un espacio concebido para ello. Es preferible ubicar la zona en una estancia más luminosa y espaciosa que te permita realizar tu ritual con la mayor tranquilidad.

 

Unica tu tocador en un espacio con luminosidad.

En la imagen: Tocador moderno Sphere.  

 

Para lograr un magnífico espacio de tocador has de contar con un espacio amplio, un asiento ligero y cómodo, un buen espejo y mucha luz. Con un tocador vintage conseguirás un efecto romántico en tu dormitorio, así como cálido y muy confortable. Hay muchos tipos de tocador. Los puedes encontrar exentos o compactos. Los primeros cuentan con múltiples cajones y mucho espacio de almacenaje; algunos tienen también apertura superior. Por su parte, los exentos tienen un carácter más ligero y desenfadado.

 

Selecciona el tipo de tocador que mejor vaya con tu decoración.

En la imagen: Muebles Dormitorio Ópera III.

 

Si no encuentras un tocador a tu gusto, siempre puedes crear el tuyo propio. Con una consola, un pequeño mueble o una balda puedes conseguir el espacio que necesitas para colocar todos tus productos de belleza y cosméticos. Complétalo con un taburete ligero y un espejo, ambos del mismo estilo que la consola. Las posibilidades que se plantean ante ti son infinitas.

 

Puedes crear un tocador a tu estilo con una consola, un taburete y un espejo.

En la imagen: Consola multifuncional Coseno de Bonaldo.

 

Un tocador es el complemento definitivo en la decoración para los amantes de lo vintage. Te sentirás como una reina en la corte francesa sentada ante tu espejo mientras te arreglas cada día, convirtiéndolo en todo un ritual al más puro estilo de Madame Pompadour.

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