Muebles Thonet. Una revolución en el diseño de sillas

Este carpintero alemán descubrió cómo fabricar un mueble más ligero, cómodo y económico

04/10/2017 11:46

Uno de los momentos más importantes de la historia del mueble fue cuando Michael Thonet revolucionó la manera de crear mobiliario. Desde que fundara su primer taller en Boppard del Rin (Alemania), el nombre de Thonet es sinónimo de muebles de calidad, innovadores y elegantes. Este carpintero consiguió, además, cambiar el concepto de mobiliario de la época.

 

Michael Thonet con sus cinco hijos, que después continuarían con la empresa familiar.  

 

Una de las obsesiones de Thonet (Boppard, Alemania, 1726-Viena, Imperio Austrohúngaro, 1871) fue crear un mueble fino, ligero y cómodo, contrario al extendido mueble macizo de la época. En su pequeño taller evolucionó su técnica hasta curvar la madera de haya europea, la favorita del alemán, y experimentó con diversos métodos para flexionar la madera, creando finalmente la silla Boppard (Bopparder Schichtholzstuhl) en 1836, su primer gran éxito.

 

El primer éxito curvando madera de Michael Thonet fue con la silla Boppard. 

 

En 1841 ya era considerado como un constructor de muebles y, aunque no era muy famoso, llamó la atención del canciller austriaco Klemens Wnenzel con Metternich, quien le invitó a trabajar en la decoración interior del Palacio Liechtenstein. Sus diseños convencieron en Viena y, un año después, se mudó allí con su familia. En su nuevo taller, Thonet siguió experimentando con la curvatura de la madera lo que consiguió con una sencilla técnica: sometía la madera de haya a baños de vapor con cola para mejorar su flexibilidad y, así, introducirlas en prensas de bronce donde les daba forma. Después ensamblaba la madera por medio de tornillos. Este proceso conseguía una mayor durabilidad de la madera y proporcionaba gran robustez a las piezas.

 

 

Fueron los primeros pasos del diseño industrial de muebles. Entre sus creaciones más conocidas, sin ningún tipo de duda la silla de las sillas o silla de café (o Silla nº 14) fue un cambio en lo que se conocía como silla. En palabras de Le Corbusier: “Nunca ha sido creado algo más elegante y mejor concebido, más preciso en su ejecución y más excelentemente funcional”.

 

Le Corbusier era un gran fan del trabajo de Thonet, de hecho en la imagen lo podemos ver con la silla 209. 

 

La silla nº 14 (1859) se reduce a tan solo 6 piezas de madera, 4 puntillas, 2 tornillos y 2 tuercas. Nada más. Y es que la silla nº 14 cambió la manera de producir sillas, reduciendo el número de piezas que las componían, la mano de obra, el tiempo de producción y el espacio para el empaquetado de la silla. Técnicamente muy sencilla, realizada con pocas piezas, fácil de fabricar, económica para el comprador, fácil de transportar en grandes cantidades y resistente. Sin ningún tipo de duda fue un cambio de mentalidad en la fabricación de muebles, que además le valió una medalla de oro en la feria de París de 1867.

 

La simplicidad de montaje, almaceniamiento y producción fue clave para el éxito de esta pieza, ya un clásico del diseño de muebles. 

 

A partir de entonces el éxito de los muebles de Michael Thonet sólo estaba despegando. Para entonces, su empresa, bautizada ya con el nombre de Gebrüder Thonet (hermanos Thonet) ganó proyección internacional y abrió sucursales por toda Europa. De hecho consiguió, hasta 1930, una producción de más de 50 millones de unidades, conquistando los mercados de todo el mundo. De hecho es un mueble que se suele ver aún en cafeterías o restaurantes tanto en su forma más clásica como con diseños más innovadores.

 

La silla número 14 todavía se utilizan en muchos restarurantes y cafeterías. 

 

En 1860, Michael Thonet volvió a revolucionar el mercado del mueble con el diseño de su primera mecedora, considerada por muchos su verdadera obra maestra y la precursora de las actuales mecedoras de todo el mundo. Por entonces la Gebrüder Thonet ya daba trabajo a más de 300 obreros y conseguía una producción de 200 piezas a diario. En plena revolución industrial, Michael Thonet fue sin duda un hombre de su época. Basándose en la planificación y la racionalización consiguió la producción en serie reduciendo los precios sin cuidar la calidad del producto.    

 

 

A la muerte del patriarca Thonet, sus cinco hijos se hicieron cargo de la empresa. Entonces se introdujo en la fabricación de piezas con tubos de acero, conviritiéndose en el mayor fabricante de muebles de acero tubular en el mundo en la década de los 30.

 

La silla 32, de Marcel Thonet, también es un clásico de la decoración. 

 

Hoy en día las sillas, asientos y mecedoras diseñadas por Michael Thonet siguen estando a la orden del día, gracias a su simplicidad y clasicismo. Si bien ya no sólo las vemos con acabados en madera, sino que lucen colores llamativos, como amarillo, rojo o verde. Aunque sea una creación de hace más de un siglo y medio, su combinación con otros elementos puede crear una atmósfera muy chic. ¿Conoces a alguien que tenga alguna de las sillas de Thonet en casa? ¡Cuéntanoslo!  

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