Cabeceros y Camas de Piel

Los cabeceros y camas de piel son unos de los muebles imprescindibles en cualquier hogar. La cama es el lugar en el que pasamos ocho horas de media cada día y de su comodidad depende que nos sintamos bien al levantarnos. De hecho, no son pocos los casos de parejas y familias que, por dormir en una cama de estructura vieja y colchón deteriorado, se levantan con dolores musculares y con la sensación de no haber descansado.

 

 

Por otro lado, los cabeceros y camas de piel también aportan un importante valor estético al dormitorio. Los cabeceros, además de mejorar la comodidad y evitar posibles golpes de la cabeza con la pared adyacente, actúan también como embellecedores de la cama, y dotan a dicho mueble del aspecto sólido y majestuoso que toda cama que se precie debe tener.

 

 

Los cabeceros y camas de piel pueden ser de muchos tipos y estilos. Así pues, las categorías básicas de cabeceros y camas de piel que puede encontrar en el mercado se clasifican en función de si se trata de muebles coloniales y de aspecto rústico, si se trata de muebles clásicos, si se trata de muebles de diseño o alto standing o si se trata de muebles de estilo retro, también conocidos como productos vintage.

 

 

La primera de estas distinciones, relativa al estilo colonial y rústico, está formada por cabeceros y camas de piel, por lo general con poca altura respecto al suelo y con formas anchas y espaciosas. Si bien es cierto que existen modelos de cama de estilo redondo, la mayoría de ellas presentan una silueta rectangular o cuadrada, de bordes limpios y castos, que incluyen cabeceros que a menudo duplican en altura o anchura las dimensiones del colchón.

 

 

Por lo que respecta a los cabeceros y camas de piel de aspecto clásico, estos se fundamentan en el uso de impresionantes contrastes entre las tonalidades blanca, marrón, negra y beige. Las formas de estos productos son mucho más curvilíneas, presentan tejidos en piel ribeteada en hierro forjado y, por lo general, se trata de estructuras con una mayor altura respecto al nivel del suelo. En definitiva, los modelos clásicos aportan distinción y elegancia a cualquier dormitorio.

 

Por otro lado también se comercializan lo que, comúnmente, se conocen como cabeceros y camas de piel. Este tipo de muebles son, por así decirlo, de un estilo completamente opuesto a lo descrito hasta el momento. Así pues, los productos de diseño ofrecen siluetas minimalistas, decoraciones y embellecimientos sutiles y formas imposibles. Las camas de aspecto más inverosímil (redondas, ovaladas, sesgadas, partidas...) pertenecen a este estilo, y por lo general son éstas también las que ocupan un menor espacio.

 

 

Finalmente, otro estilo marcadamente distinto es el de los cabeceros y camas de piel de corte retro o vintage. De tamaño por lo habitual más grande, este tipo de muebles usa el juego de colores pálidos (tales como el rosa suave, el blanco y el beige) y la utilización de tejidos gruesos y ostentosos.

 

 

¿Cuál de estos cabeceros de piel te gusta más?